La kombucha es una refresco 100% natural que se consigue a partir de una infusión azucarada de hojas de té fermenta a través de un hongo. Aunque esta bebida tiene una espectro de acción muy amplio su principal efecto terapéutico es la regeneración de la microflora intestinal, la desintoxicación y depuración del organismo y por lo tanto el reforzamiento del sistema inmune. Las primeras noticias sitúan la kombucha en la dinastía china Tsin, en el 221 a.C donde se encuentran textos que hacen referencia a ella como el “remedio para la inmortalidad”; sin embargo, no es hasta 1950 que gana popularidad alrededor del mundo por sus propiedades estimulantes y curativas.

Esta es una bebida que se prepara dejando fermentar en té (rojo, verde o negro) una colonia de microorganismos de aspecto gelatinoso integrada por bacterias de género Medusomyces gisevy y levaduras del género Ascomicetos. Estas bacterias y hongos viven en una simbiosis de mutuo beneficio, convirtiendo la sacarosa en glucosa y fructuosa y posteriormente en alcohol etílico débil (menos de 0,5º), dióxido de carbono y ácido acético.

La fermentación se lleva a cabo entre 7 a 14 días y se hace en presencia de aire para dejar salir el CO2; la fermentación que se produce es de tipo ácido-láctico con un pH de entre 2,5 (el vinagre del kombucha) y 3,5 (la bebida); por lo tanto, toda bacteria o microorganismo patógeno que pudiera haber en ella muere. Durante este tiempo se obtienen antioxidantes, aminoácidos, vitaminas (B1, B2, B3, B6, B9, B12, C, D, E y K), minerales (hierro, potasio, zinc, manganeso, cobre, calcio, magnesio y flúor), enzimas (invertasa, amilasa, catalasa, sacrasa, enzima coagulante, proteasa) y diferentes ácidos (glucónico, láctico, tartárico, málico, cítrico) siendo estos los responsables de sus sabor ácido.

Gracias a estos componentes, se ha demostrado que el té de kombucha puede actuar eficientemente en la profilaxis y la recuperación de diversas enfermedades gracias a 4 mecanismos principales: desintoxicación, antioxidación, poder energizante y activación del sistema inmune. Esta bebida normaliza el tránsito intestinal, regula la flora intestinal, tiene efectos antivíricos y antibacterianos, refuerza el sistema inmune, desintoxica el organismo, reduce el nivel de colesterol, favorece el equilibrio ácido-base del cuerpo, mejora la digestión de las proteínas, estimula la circulación, facilita la absorción de minerales, activa las funciones del páncreas, equilibra la glucosa sanguínea, aumenta la secreción de azufre fisiológico, mejora el rendimiento del oxígeno en las células, aumenta el bienestar y aumenta la capacidad física de los deportistas.

El hongo de kombucha es una colonia de microorganismos vivos, que crecen y se reproducen por lo que es muy fácil compartirlo con familiares y amigos. También puede conseguirse a través de “bancos de kombucha” que circulan por internet. Se debe prestar atención a las botellas comercializadas debido a que, para poder cumplir los protocolos de seguridad alimentaria, deben ser pasteurizadas perdiendo en gran medida sus beneficios probióticos.

Es importante iniciar el consumo de esta generosa bebida de forma gradual. Gracias a su poder desintoxicante en el organismo, es normal que algunas personas presenten erupciones cutáneas o sobrecargas hepáticas propias de la depuración natural del organismo, que no deben ser malinterpretadas como reacciones adversas si no casi deseables para cualquier persona que confíe y conozca cómo funciona su organismo.

¿Cómo prepararla en casa?

  1. Se prepara una taza de té negro, rojo o verde.  Es preferible utilizar granel y no en bolsas.
  2. El azúcar se agrega al té caliente, y se espera a que este se enfríe. Este es esencial para permitir que los microorganismos puedan crecer y reproducirse.
  3. Se añade vinagre
  4. Se añade una colonia de microorganismos madre. Se consigue a través de familiares y amigos. Algunas personas también la regalan por internet
  5. La mezcla se pone en un frasco DE VIDRIO y se tapa con una tela que permita “respirar” la mezcla. Si se pone en otro tipo de contenedores, la mezcla al ser ácida puede generar reacciones químicas y contaminar el producto final. La tela permite que el CO2 pueda salir de la mezcla.
  6. Se debe dejar a temperatura ambiente durante 7-14 días.  Para evitar una contaminación con microorganismos patógenos, es importante guardarla lejos de harina, humos y ambientes sobrecargados. Idealmente lejos de la cocina.
  7. Se pasa la bebida por una gasa para ser recolectada.

Bibliografía

  • Vīna et al. “Current evidence on physiological activity and expected health effects of kombucha fermented beverage” Journal of Medicinal Food. February 2014,
  • Lázaro. “Kombucha el té de la vida” Revista Discovery DSalud 2012.
Ir al contenido